25 octubre 2012

Crisis 2012

Este año según la Astrología, Calendario Maya y el Diseño Humano, por nombrar los elementos de los que tengo conocimientos, es un año de muchos cambios internos.

Son momentos muy oportunos para crear cambios positivos y de crecimiento. Conocer realmente las piezas interiores que se están desmontando y hacerlas conscientes es la mejor forma de recomponer nuestra vida y nuestro porvenir.

Las crisis son tanto internas como externas, y a veces como consecuencia, una y después la otra.
"El conocimiento de uno mismo es la mayor herramienta para desarrollarnos y crecer. En cada crisis hay un nuevo crecimiento."

Si por ti mismo no puedes encontrar herramientas, sería oportuno encontrar un maestro o guía espiritual o psicológico donde tengas esa visión que necesitas. Un dicho popular my cierto: "Cuando el alumno está preparado siempre llega el maestro".






12 mayo 2012

Significado de los desiquilibrios en las diferentes partes del cuerpo



Los cabellos: Mi fuerza.
El cuero cabelludo: Mi fe y mi lado divino
La cabeza: Mi individualidad
Los ojos: Mi capacidad de ver
Las orejas ( oídos) Mi capacidad de oír
La nariz: Mi capacidad de oler o sentir a las personas o situaciones.
Los labios: Mi labio superior está relacionado con el lado femenino y el labio inferior con el lado masculino .
Los dientes: Mis decisiones, vinculadas al lado femenino arriba, vinculadas al lado masculino, abajo.
El cuello: Mi flexibilidad, mi capacidad para ver varios lados de las situaciones de la vida.
La garganta: La expresión de mi lenguaje verbal y no – verbal, mi creatividad.
Los hombros: Mi capacidad para llevar una carga, responsabilidades.
Los brazos: Mi capacidad para tomar a las personas o las situaciones de la vida. Son la prolongación del corazón. Sirven para ejecutar las ordenes. Están vinculados a lo que hago en mi vida, por ejemplo mi trabajo.
Los codos: Mi flexibilidad en los cambios de direcciones en mi vida.
Los dedos: Los pequeños detalles de lo cotidiano.
El pulgar: vinculado a las inquietudes o a mi intelecto o a mi audición.
El índice: Vinculado a miedos o a mi personalidad (ego) o a mi olfato.
El mayor: Vinculado a la ira o mi sexualidad o a mi visión.
El anular: Vinculado a pena o a mi unión o a mi tacto
El auricular: Vinculado a pretensión o mi familia o al gusto.
El corazón: Mi amor.
La sangre: La alegría que circula en mi vida.
Los pechos: Mi lado materno
Los pulmones: Mi necesidad de espacio, autonomía, Vinculados a mi sentimiento de vivir.
El estómago: Mi capacidad para digerir nuevas ideas.
La espalda: Mi soporte, mi apoyo.
Las articulaciones: Mi flexibilidad, mi capacidad para doblarme a las diferentes situaciones de mi vida.
La piel: Mi vínculo entre mi interior y mi exterior (equilibrio).
Los huesos: La estructura de las leyes y principios del mundo en el cual vivo.
El útero: Mi hogar.
Los intestinos: (sobre todo el grueso, el colón): mi capacidad para soltar, dejar fluir lo que me es inútil y dejar fluir los acontecimientos de mi vida.
Los riñones: La sede del miedo.
El páncreas: La alegría que está en mí.
El hígado: La sede de la crítica.
Las piernas: Mi capacidad para adelantar en la vida, ir hacía el cambio, hacía las nuevas experiencias.
Las rodillas: Mi flexibilidad, mi amor propio, mi orgullo, mi testarudez.
Los tobillos: Mi flexibilidad en las nuevas direcciones del futuro.
Los pies: Mi dirección (quedarse en el mismo sitio). Mi comprensión de mí – mismo y de la vida (pasado, presente, futuro).
Los dedos de los pies: Los detalles de mi porvenir.

09 marzo 2012

Disfrutar trabajando

Recuerdo desde que me independicé de mis padres siempre he luchado por hacer lo que realmente me gusta.
Disfrutar con el trabajo que incluso podría hacerlo gratis.
Todos tenemos un lugar en el mundo, algo que nos diferencia con el otro porque somos diferentes. Algo genuino está ahí esperando a soltarse y salir.
Se que estaré trabajando toda mi vida hasta que me muera en lo que realmente me gusta.
No hace mucho hice un trabajo por dinero, solo por eso, porque necesitaba que mi economía estuviera mejor. Pero a costa de qué. De estar sufriendo y que pasara el tiempo, no ver la hora de salir. Me sentía peor que un una cárcel. No duré ni dos semanas. Malestar que se notaba a mi alrededor y no podía ser yo. Una verdadera tortura. Y eso que no era nada, solo estar sentada y hacer que trabajaba porque tenía que esperar a que el jefe me diera sus instrucciones.
No me veía como soy realmente y no me permitían mostrar mis cualidades. Ese trabajo no era para mi.
Ya por fin he vuelto a la carga. Realizando lo que a mi realmente me gusta y apostando por ello. Es lo que me llena de satisfacción y me enriquece.