¿A qué playa te encaminarías, corazón mío?
Nadie te precede; no hay camino.
...
No hay agua, ni barca, ni barquero.
No hay ni siquiera una cuerda para remolcar la barca,
ni barquero para jalarla.
...
Sé fuerte y entra en tu propio cuerpo,
pues ahí es firme tu asidero.
Nadie te precede; no hay camino.
...
No hay agua, ni barca, ni barquero.
No hay ni siquiera una cuerda para remolcar la barca,
ni barquero para jalarla.
...
Sé fuerte y entra en tu propio cuerpo,
pues ahí es firme tu asidero.
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